
No sólo quisimos compartir música teatro y coreografía, sino también un poco de chocolate con leche y panetón. Y para lograr nuestro objetivo, recurrimos a nuestros amigos, quienes por la confianza que nos tenemos y por su gran corazón generoso por aquella gente que tiene menos, nos dieron todo lo necesario para ese día compartir la alegría de la Navidad.
Fue emotivo ver que todos los niños se acercaban para ver y oir algo novedoso, ya que pocas son las veces que alguien los visita para hablarles de la esperanza que hay en Jesus.